miércoles, 26 de diciembre de 2018

Alcoholismo

El alcoholismo es una enfermedad crónica (a largo plazo) en la que las personas se vuelven físicamente dependientes del alcohol y no pueden controlar cuánto beben, a pesar de que su consumo perjudica su salud, el trabajo escolar o el desempeño laboral, y las amistades o relaciones familiares. Es una enfermedad progresiva, lo que significa que, sin tratamiento, empeora con el tiempo.

 

Algunos médicos usan el término “abuso de alcohol” para describir el consumo excesivo de alcohol que causa problemas en la vida de la persona pero que aún no ha provocado una dependencia física del alcohol o una pérdida total del control sobre el consumo.

El consumo excesivo de alcohol se refiere a consumir varias bebidas seguidas en una sola ocasión, generalmente cinco bebidas para hombres y cuatro para mujeres. Una bebida se define como una cerveza de 12 onzas, un vaso de vino de 4 a 5 onzas, o una bebida mixta que contiene 1.5 onzas de whisky u otros licores. Algunos bebedores compulsivos pueden afirmar que no tienen un problema con el alcohol porque no beben todas las noches.

El alcoholismo es una enfermedad grave, no solo por el daño que causa a la salud y la vida de los alcohólicos, sino también a la carga que supone para la sociedad en su conjunto. Con base en datos de la organización Alcohólicos Anónimos el alcoholismo como el abuso en el consumo de alcohol se encuentran entre las principales causas de pérdida de años de vida saludable en México, donde se registra una de las cifras de mortalidad por cirrosis hepática más altas del mundo, con un nivel de 22 por cada 100 habitantes. Es la tercera causa de muerte prevenible en los Estados Unidos, después de fumar y la obesidad.

 

En todo el mundo, el alcoholismo es responsable de un porcentaje de diversas enfermedades:

 

  • Cirrosis del hígado: 32 por ciento
  • Choques de vehículos motorizados: 20 por ciento.
  • Cáncer de esófago: 29 por ciento.
  • Cáncer de hígado: 25 por ciento.
  • Trazo: 10 por ciento
  • Homicidio: 24 por ciento.
  • Suicidio: 11 por ciento.

 

Las mujeres que beben durante el embarazo corren el riesgo de tener hijos con retraso mental y bajo peso al nacer. Esta condición es conocida como síndrome de alcoholismo fetal.

No hay una sola manera de que las personas se vuelvan alcohólicas. Una razón por la cual la experiencia de la enfermedad es tan difícil de describir es que la velocidad a la que se desarrolla y sus consecuencias varían de persona a persona. Algunas personas dicen que se convirtieron en alcohólicos después de sus primeras bebidas. Otros bebieron responsablemente durante años y luego se volvieron dependientes del alcohol en la mediana edad o incluso en la vejez. Además, algunas personas reciben ayuda antes de tener problemas graves por beber. A veces se les llama alcohólicos de "alto nivel", es decir, "tocan fondo" con su manera de beber mientras todavía tienen un trabajo o una familia. Los alcohólicos que se han encontrado en problemas con la ley, no tienen hogar o han perdido su trabajo y las familias a veces se refieren a sí mismos como alcohólicos de "bajo nivel".

 

Causas y síntomas

El alcoholismo es el resultado final de una combinación de factores que interactúan de manera única para cada persona con el trastorno:

Factores genéticos. Estos se cree que representan al menos la mitad de los casos.

Estrés psicológico y emocional. Algunas personas recurren al alcohol para hacer frente a la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático u otros sentimientos dolorosos. Este mal uso del alcohol se llama automedicación.

Factores sociales y culturales. Las personas pueden comenzar a beber mucho para parecer mayores o porque sus amigos les están animando a beber. En algunos grupos, el consumo excesivo de alcohol puede verse como una prueba de masculinidad. Además, muchas películas y programas de televisión hacen que la bebida se vea glamorosa o sofisticada.

Química corporal. El consumo prolongado de alcohol altera los niveles de varios químicos en el cerebro, lo que lleva a la persona a desear consumir alcohol, ya sea para deshacerse de los malos sentimientos o para restaurar los buenos sentimientos. Algunas personas descubren que eventualmente necesitan alcohol solo para sentirse normales.

 

El síntoma principal del alcoholismo es la negación; es decir, los alcohólicos niegan que tengan un problema con la bebida hasta que una serie de problemas de salud, discusiones familiares, pérdidas de empleos, arrestos u otras consecuencias negativas los obligan a admitir que la bebida está fuera de control. Otros síntomas comúnmente incluyen:

  • Beber solo o en privado.
  • Ocultar alcohol en el auto, oficina u otros lugares secretos.
  • Sentirse irritado o enojado si no puede tomar una bebida a la hora habitual.
  • Tragar bebidas rápidamente si darle importancia al sabor o beber solo para sentirse normal.
  • Tener problemas con el empleo, las finanzas o la ley.
  • Generando tolerancia al alcohol; es decir, necesitar cantidades mayores para obtener los mismos efectos.
  • Tener síntomas de abstinencia después de permanecer sin alcohol durante varios días. Estos síntomas incluyen temblores, insomnio, náuseas y vómito.
  • Sentir la necesidad o compulsión de beber.
  • Pérdida de la memoria. Esta condición se describe como cuando alguien no puede recordar lo que sucedió mientras estaba bebiendo, pero no se desmayó.

En nuestro próximo posta continuaremos hablando de los posibles tratamientos y el diagnóstico del alcoholismo.

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