Un detective que intenta resolver un crimen generalmente hace preguntas para averiguar qué ha ocurrido y reúne pruebas antes de revisar la escena del crimen para obtener pistas. Del mismo modo, su dentista primero le pregunta dónde está el dolor y qué sucedió antes de echar un vistazo detallado a sus dientes. Los profesionales médicos hacen lo mismo: realizan una especie de entrevista antes de pasar a un examen físico. Si es necesario, posteriormente harán otras pruebas médicas.
Cuando no esté seguro de si un síntoma médico es grave y si necesita hacer algo al respecto, puede seguir el mismo curso de acción: hágase algunas preguntas y luego identifique más a detalle lo que ve y siente. Ser capaz de realizar un examen físico básico le permitirá realizar un diagnóstico sencillo usted mismo. Además, es posible usar diferentes aparatos médicos en casa, que son útiles para ayudarle a evaluar a un nivel básico su salud. Pero es importante señalar que siempre debe buscar consejo médico cuando no esté seguro del significado de su hallazgo.
Una de las habilidades principales que necesita para llevar a cabo una evaluación física básica es la capacidad de realizar observaciones cuidadosas. Puede pensar que hacerlo sin entrenamiento médico debe ser una tarea imposible, particularmente cuando se trata de enfermedades graves. Bueno, de la misma manera en que se puede decir que su tostador no está funcionando bien cuando comienza a arder en llamas o que es probable que haya problemas con el motor si su automóvil comienza a jalonearse y al sacar humo, puede detectar ciertos signos de enfermedades graves, incluso con poco conocimiento médico.
Tenga en cuenta que es casi seguro que ya conoce su cuerpo bastante bien y, por lo tanto, normalmente puede detectar cualquier parte que de repente se vea o se sienta diferente.
Buscando signos de problemas
Si sospecha que usted o alguien más puede estar gravemente enfermo, comience a buscar pistas. Aquí hay unos ejemplos:
Vías respiratorias: no poder respirar adecuadamente es a menudo una señal de que algo más serio puede estar sucediendo. Aunque la dificultad para respirar o la respiración mucho más rápida de lo normal puede ocurrir por ansiedad o pánico (y, por supuesto, durante el ejercicio), también puede indicar un problema grave del corazón. Considere la posibilidad de asfixia si la dificultad para respirar se presenta muy rápidamente y sin demasiada advertencia.
Sangrado: Cualquier sangrado debe ser tonado en serio, especialmente si es profuso y no se detiene. Después de una lesión (como una caída), siempre revise si hay señales de sangrado, pero tenga cuidado en caso de lesiones en la cabeza y el cuello.
Confusión: No saber quién y dónde se encuentra, y por qué, o el año, la estación y el mes, puede ser un signo de deterioro de la función cerebral y definitivamente la atención médica profesional es urgente.
Deformidades: Si alguna parte del cuerpo se ve deformado después de una lesión y la zona afectada es duele, es probable que haya una fractura subyacente.
Somnolencia: Tener mucho sueño y menos capacidad de respuesta es un signo de una enfermedad potencialmente grave y puede convertirse en pérdida del conocimiento y coma.
Ojos abiertos: no abrir los ojos en respuesta al habla o al dolor puede indicar una enfermedad subyacente grave.
Lucir pálido o azul: Cualquier persona que esté gravemente enferma por lo general también se ve mal. Si tiene la cara muy pálida o azul, es posible que sufra una afección subyacente potencialmente grave. Estar pálido es normal después de un desmayo simple, pero su color normalmente vuelve bastante rápido; permanecer pálido posiblemente indica problemas más serios.
Lesión de piel: Las lesiones cutáneas son frecuentes y en la mayoría de los casos no son graves. Sin embargo, descartar la posibilidad de cáncer de piel es importante, especialmente en lesiones que crecen, sangran, son muy oscuras o no se curan.
Habla: el hecho de no poder hablar y / o pronunciar palabras correctamente puede ser un signo de enfermedad grave.
Hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad. Estos signos pueden indicar una inflamación del tejido debido a, por ejemplo, una infección de la piel o un absceso (una acumulación de pus), o una afección inflamatoria como la artritis. Un absceso generalmente causa una inflamación roja y caliente dentro o debajo de la piel, y tiende a ser doloroso y sensible al tacto. La mayoría de los abscesos necesitan una pequeña incisión para drenar el pus y / o un tratamiento con antibióticos, por lo que es mejor buscar consejo médico, especialmente si se siente mal. Las infecciones graves o los abscesos también pueden causar fiebre.
En nuestro próximo post seguiremos hablando de consejos para poder interpretar las señales que nos da nuestro cuerpo para poder identificar diferentes posibles padecimientos.
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