lunes, 3 de diciembre de 2018

Enfisema

El enfisema es una forma de enfermedad pulmonar progresiva que se caracteriza por la dificultad respiratoria crónica y discapacidad a largo plazo. Algunas veces se agrupa junto con la bronquitis crónica bajo el nombre de enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC. Muchas personas diagnosticadas de enfisema también tienen bronquitis crónica.

 

El enfisema es una enfermedad pulmonar en la cual la capacidad de una persona para respirar fácil y profundamente se ve constantemente debilitada con el tiempo por la destrucción del tejido pulmonar. El pulmón humano consiste en un tejido que contiene millones de pequeños sacos de aire llamados alvéolos, que se organizan como racimos de uvas alrededor de tubos de aire muy pequeños llamados bronquiolos. Hay alrededor de 300 millones de alvéolos en cada pulmón.

Cuando una persona respira aire, el aire viaja desde la nariz y la boca a través de la tráquea y luego a los bronquios derecho e izquierdo, que son los pasajes de aire principales en cada uno de los dos pulmones. Los bronquios se dividen y se subdividen repetidamente en pasajes aéreos cada vez más pequeños, terminando finalmente en los bronquiolos y los alvéolos.

 

En una persona sana, el oxígeno del aire que se ha respirado se intercambia en las paredes de los alvéolos por dióxido de carbono en la sangre de la persona. Cuando la persona exhala, el dióxido de carbono deja el cuerpo mediante el aire que sale de los pulmones y por la vía aérea superior hacia la nariz y la boca.

 

Para realizar su función de manera efectiva, el tejido en los pulmones que separa los alvéolos entre sí debe ser lo más elástico posible. Los alvéolos contienen diminutas fibras elásticas en sus paredes celulares que les permiten actuar como globos en miniatura. Lo que sucede en el enfisema es que el humo u otros irritantes causan que los alvéolos se inflamen y pierdan su elasticidad. Los bronquiolos comienzan a colapsarse, lo que atrapa el aire dentro de los alvéolos y los estira en exceso. Con el tiempo, los alvéolos se rompen, lo que conlleva a la formación de menos sacos de aire en los pulmones, pero de mayor tamaño. Estos sacos más grandes y menos flexibles son menos eficientes para expulsar el aire de los pulmones cuando la persona exhala. Como resultado, la persona tiene que respirar más frecuentemente o respirar más fuerte para obtener suficiente oxígeno y deshacerse del dióxido de carbono. Además de la pérdida de elasticidad en los alvéolos, las células de las vías respiratorias secretan más mucosidad de lo habitual, que se acumula en las vías respiratorias y las obstruye, lo que dificulta aún más la respiración.

 

Las personas que desarrollan enfisema como resultado del hábito de fumar generalmente comienzan a tener síntomas a finales de los cuarenta o principios de los cincuenta.

Algunas personas que no fuman cigarrillos tienen un mayor riesgo de enfisema. Esto Incluye:

 

  • Personas que trabajan en ocupaciones que las exponen a altos niveles de polvo de grano o algodón, o sustancias químicas irritantes. Estas ocupaciones incluyen la minería, ciertos tipos de trabajo agrícola y la tala de árboles.
  • Personas expuestas a altos niveles de escape de automóviles o humo de segunda mano.
  • Personas con ciertas enfermedades que afectan el tejido conectivo, como el síndrome de Marfan.

No te pierdas la segunda parte de este interesante artículo.

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