Se ha producido un cambio fundamental en el discurso de la salud pública en los últimos 20 años con el reconocimiento de que la salud sexual es esencial para la salud y el bienestar en general. La comprensión de la sexualidad ha provocado una reorientación de la práctica clínica y profesional, y en particular el campo de la sexología se ha transformado para comprometerse con problemas de salud progresivamente más amplios.
El campo de la sexología, definido como el estudio interdisciplinario y científico de la sexualidad, se fundó en Alemania a principios del siglo XX. La sexología nació en un momento de rápido cambio social impulsado por el movimiento de emancipación de las mujeres y la Revolución Industrial. Un principio básico del nuevo campo emergente era que, para comprender la complejidad de la sexualidad humana, era necesaria una perspectiva interdisciplinaria. La ciencia médica, que hasta ahora era un discurso dominante sobre el sexo, se veía como una lente limitada, y que tendía a ver las cosas desde un punto de vista patológico. Sin embargo, es interesante observar que la mayoría de los primeros pioneros en sexología eran médicos y que a menudo se centraba en comprender las variaciones y los trastornos sexuales. Sin embargo, en su mayor parte lo que distinguió la sexología temprana de la medicina fue su intento de comprender la normalidad y la salubridad de una amplia gama de formas de expresión sexual. Además, los pioneros fueron reformadores sexuales que luchaban por la educación sexual, el acceso a la atención y los derechos sexuales. La ciencia era su herramienta para la defensa.
En el contexto de la revolución sexual de los años 1960 y 1970, y la revitalización y el crecimiento del campo de la sexología en todo el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró dos consultas de expertos sobre la capacitación y educación de profesionales de la salud en 1972 y 1974. Algunos de los sexólogos más notables de la época asistieron por lo que probablemente fue la primera vez que se llamó a científicos sexuales como expertos para abordar un problema de salud pública. Como resultado de estas consultas, se publicó un documento técnico titulado Educación y tratamiento en sexualidad humana: la capacitación de profesionales de la salud (Organización Mundial de la Salud, 1975).
Al desarrollar este documento, los autores reconocieron que se necesitaba capacitación para promover la salud y el bienestar sexual. También reconocieron la necesidad de avanzar en el conocimiento mediante el desarrollo del campo de la sexología y la difusión del conocimiento a través de centros de recursos sexuales en todo el mundo. Como primer paso hacia la promoción de la salud sexual, los autores reconocieron la necesidad de definir la salud sexual.
Hasta la consulta de la OMS, no se había construido ninguna definición. En 1975, la Organización Mundial de la Salud publicó la siguiente definición de salud sexual:
La salud sexual es la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, de maneras que enriquecen positivamente y que mejoran la personalidad, la comunicación y el amor.
En el siguiente párrafo, los autores escribieron: "Fundamental para este concepto es el derecho a la información sexual y el derecho al placer". El documento continuó citando a Mace et al. (1974), quienes describieron la salud sexual como teniendo tres elementos básicos: (1) la capacidad de disfrutar y controlar el comportamiento sexual y reproductivo de acuerdo con una ética social y personal; (2) una libertad del miedo, la vergüenza, la culpa, las falsas creencias y otros factores psicológicos que inhiben la respuesta sexual y deterioran las relaciones sexuales; y (3) libertad de trastornos orgánicos, enfermedades y deficiencias que interfieren con las funciones sexuales y reproductivas. El documento de la OMS concluyó:
Por lo tanto, la noción de salud sexual implica un enfoque positivo de la sexualidad humana, y el propósito de la salud sexual debe ser la mejora de la vida y las relaciones personales y no simplemente el asesoramiento y la atención relacionados con la procreación o las enfermedades de transmisión sexual. Si bien el documento de 1975 tuvo un profundo impacto en el campo de la sexología, su influencia en el ámbito de la salud pública era apenas palpable. No fue sino hasta 1986 que la OMS retomó el tema de la salud sexual.
Una nueva revolución sexual y la demanda de una respuesta de salud pública.
Con el paso del tiempo, sin embargo, se hizo evidente que era necesario revisar la definición de la OMS de 1975. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) respondió con una consulta regional en 2000 en Antigua, Guatemala, en colaboración con la Asociación Mundial de Sexología. Por primera vez, fue consultado para proporcionar aportes de expertos, ayudar a organizar la reunión e invitar a expertos en el campo. Se desarrolló una estrategia regional para la promoción de la salud sexual.
Reconociendo el imperativo de salud pública para desarrollar estrategias para promover la salud sexual a escala mundial, la OMS, junto con La Asociación Mundial de Sexología (WAS), planeó una consulta de expertos en 2002, en Ginebra. Se convocó a una variedad de expertos para lidiar con la desalentadora tarea de encontrar puntos en común de todas las diversas regiones, ideologías y valores. Para sorpresa de todos, hubo un notable consenso. Se encargó a un grupo de trabajo que finalizara una nueva definición de salud sexual.
Salud sexual
La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es simplemente la ausencia de enfermedad, disfunción o enfermedad. La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para lograr y mantener la salud sexual, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos.
Desde un comienzo lento, ha habido un progreso constante hacia el desarrollo de un enfoque estratégico e integral para la promoción de la salud sexual. Lo que comenzó con el trabajo pionero de los sexólogos en la primera parte del siglo XX, y un documento técnico de la OMS en 1975 ha llevado a un número creciente de compromisos, declaraciones, documentos técnicos y documentos conceptuales.
Lo que comenzó con el trabajo pionero de los sexólogos en la primera parte del siglo XX, y un documento técnico de la OMS en 1975 ha llevado a un número creciente de compromisos, declaraciones, documentos técnicos y documentos conceptuales. El término "salud sexual" ahora se usa ampliamente a nivel mundial y es probable que tenga efectos de largo alcance. Críticamente, algo fundamental ha cambiado y ha comenzado una nueva era. La salud sexual es ahora parte del discurso de las políticas públicas y se reconoce como una estrategia clave para promover la salud y el bienestar.
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